sábado, 18 de abril de 2015

EL SENTIMENTALISMO Y LA POLÍTICA

Un día como hoy en el año 2006, se define la participación electoral de un nuevo movimiento  regional: “Cuenta Conmigo”, que encabezaba un joven político chimbotano de nombre César Álvarez Aguilar. Su trayectoria era muy interesante, había participado ya en dos oportunidades como postulante al Congreso de la República y en ambas ocasiones fue desplazado pese a su alta votación. La primera porque el FIM (Frente Independiente Moralizador), partido por el que se presentó no alcanzó el 5% de votos a nivel nacional, y la segunda porque el Ing. Luis Heysen le arrebató en mesa la representación nacional.

Fernando "popi" Olivera del FIM. Por allí luego el nexo con la española OEI.

Cuando postula en el 2006, traía ese historial político. La población votó mayoritariamente por él más que por sus ideas, por el hecho de que ya había sido postergado en política dos veces y “el pobrecito” ya merecía llegar a algún cargo. Ese año obtuvo 131,463 votos lo que le permitió ser el primer Presidente Regional de Ancash. La pregunta es: ¿Cuántos de esos votos fueron emitidos por sentimentalismo? Porque para ello, los ancashinos somos campeones, “allauchi, ya lo han fregado mucho, hay que darle la oportunidad”. Nuestro sentimentalismo hizo que llegara a la presidencia regional un personaje sin profesión, inexperto y que pronto se rodeó de gente mafiosa que luego de ocho años dejó a nuestra Región en la debacle y corrupción que han escandalizado a medio mundo.

El efectismo da muchos dividendos en política

Lo malo es que somos un pueblo sin memoria y no aprendemos de los errores. En las pasadas elecciones del 2014, otra vez nos ganó el sentimentalismo. Aparte de los interesados y comodones que votaron por Waldo Ríos ilusionados con recibir S/. 500.00, ¿cúantos votos recibió este personaje gracias a su capacidad de engaño apelando a la conmiseración popular? Y este es un apunte para tener en cuenta, pues si los analistas políticos se dieran una vuelta por las provincias donde arrasó en segunda vuelta (2,340 votos en Asunción frente a 450 de su oponente), deberían ver la cantidad de gente que repite: “allauchi, cargó la cruz por nosotros, bueno es…”.

Y nuevamente ganó el sentimentalismo en la política. Ahora comprendo por qué Vertíz nunca ganó nada; él es muy racional y renegón. De modo que ya saben candidatos. Para la próxima, victimícense para generar la pena del electorado. Eso da votos en Ancash. 

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