miércoles, 23 de octubre de 2013

EL TRABAJO EN LA CONCEPCIÓN ANDINA


            En el tema de los valores andinos, el trabajo es algo fundamental. 
"Comerás el pan con el sudor de tu frente",reza la sentencia bíblica y en base a ella se ha tomado a través del tiempo, al trabajo como una carga. En el Ande ancashino, es todo lo contrario. 
En el ande, los valores se enseñaban integrando al niño y a la niña en las tareas cotidianas. El trabajo en sí mismo es un valor primordial. La concepción del trabajo parte de que es el único medio para conseguir los medios suficientes que permitan buscar el bienestar de las personas, la familia y la comunidad en general. El apego al trabajo se sustenta en la cosmovisión andina, pues es dignidad, satisfacción y alegría.

No existía la idea de la "carga laboral" 

            El trabajo no es un medio para conseguir el sustento, es un fin en sí, plenitud existencial, celebración de la vida y comunión con la divinidad. El trabajo es culto  la tierra y su templo es la chacra. Cuando alguien moría, sabía que su alma (hane) tenía que ir por el hatun aya mayu (la vía láctea) a una chacra de abundantes y sabrosas papas negras a hartarse con ellas por toda la eternidad.
            El trabajo tiene una dimensión comunal, nadie es depositario de conocimientos extras, no hay especialistas. La tecnología andina en sus dos dimensiones (social y ética) es dominio colectivo. La ética del trabajo andino está interpretado como la responsabilidad de “ser hijo de la tierra”, que supone una serie de compromisos. Por ello, la ociosidad y el incumplimiento en los trabajos, se sanciona. La disciplina en el trabajo no es mecánica, es flexible como la vida misma, acompañada de fiestas y celebraciones, de música y danzas. El trabajo no se mide por horarios ni lo imponen los patrones, se rige por el ritmo de las estaciones y del tiempo cíclico que lo señala.


 La música siempre acompañaba las labores agrícolas

            La finalidad del trabajo no es la acumulación ni la riqueza, sino el sustento del diario vivir para la familia y el consumo festivo comunitario, que nos dan una idea de “la celebración del trabajo”. El trabajo es su vida, su plenitud, su alegría; trabajando la chacra, criando su ganado, el andino “se deja criar por la vida”. Este es un concepto bien elaborado de lo que conocemos ahora como “calidad de vida”. ¡Qué diferente con la idea del trabajo explotador y estresante que se tiene en occidente!


¡Todos para uno y uno para todos!

            En la comunidad, en el ayllu, el andino se encuentra unido a su trabajo y se siente realizado por su trabajo. Fuera de él, está el hacendado, el mestizo, el juez, los depredadores de su trabajo; que encarnan al otro, al que se ridiculiza y escarnece en las danzas rituales.